Las pequeñas cosas.

Me deja mucho que reflexionar el hecho de darme cuenta de que a veces estoy tan estresada, y me esfuerzo tanto por encontrar un ratito de paz que terminó cansándome peor.
Y en días como hoy, en lugares y en situaciones cuando menos me lo espero, la encuentro.
Mi paz está en una plaza de noche, con todos los faroles prendidos. Mi paz está en un simple viaje en auto escuchando una canción de las bandas que me gustan.
Y mi gran paz es saber que tengo a la gente que amo alrededor mío.
Indescriptible, el mejor sentimiento del mundo.
Hay que abrir los ojos y aprender a mirar más allá de lo que se ve a simple vista.

Si tiene que ser, será.

El año pasado aprendí algo muy importante que estoy segura de que me marcó de por vida. A mitad de año, me peleé con mi mejor amiga. Fue una discusión dolorosa, y se dio porque las dos veníamos guardando muchas cosas que, aunque en el momento, eran pavadas, se juntaron y se volvieron algo muy grande que no pudimos controlar.
Nos dijimos todo lo que sentíamos y decidimos que lo mejor era que siguiera cada una por su lado. Los primeros días fueron pasables, porque yo todavía estaba embroncada y eso no me daba lugar para sentir otra cosa. Pero pasó un mes, dos meses, tres, hasta que me di cuenta de cómo la necesito en mi vida y me agarró un miedo enorme de que las cosas nunca volvieran a ser lo que eran, porque ya me había pasado otras veces con otras personas. Pero no es lo mismo separarte de una amiga con la que te juntás de vez en cuando que distanciarte de la persona que más te conoce, que te quería y te supo querer cuando sentías que nadie más lo hacía.
Casi medio año peleadas. Lágrimas, cosas que no me animaba a decir. Y a ella le pasaba lo mismo que a mí. Uno de los últimos días de clase, hablamos, y me di cuenta de que a veces hay que dejar ir, pero que la gente que tiene que estar en tu vida, siempre se va a quedar, no importa lo que pase.
Hoy estamos como antes, y hasta creo que mucho mejor, y aprendí a valorar la amistad que tenemos y a que superemos un montón de cosas juntas.
Para terminar la entrada quiero dejarles una frase que me encanta y en la que creo mucho: "El tiempo es como el viento, arrastra lo liviano, y deja lo pesado."

Tú estás calma y reposada,

Deja que tu belleza se despliegue

Pálida, como la piel estirada sobre tus huesos,

La primavera te mantiene siempre cerca,

Eres humo de segunda mano,

Eres tan frágil y delgada, siendo juzgada por tus pecados

Aferrándote a ti misma lo mejor que puedas,

Tú eres el olor antes de la lluvia,

tú eres la sangre en mis venas.

Es triste cómo la persona que me trajo al mundo, la que más me tendría que conocer, no sabe nada sobre mí, ni tampoco se interesa en saberlo.
Me pasé todos estos años justificándola, diciendo que es así por naturaleza y ya no puede cambiar, pero en el fondo siempre supe que no tiene por qué ser tan cerrada, tan negativa, tan egoísta. Por qué tiene que criticar todo lo que hago, todo lo que no hago.
Supongo que me pasé muchos años tratando de ser lo que ella quería, pero llegué a la conclusión de que tengo que ir por mi camino.
Perdón si te decepcioné mamá, pero es más importante no decepcionarme a mí misma.

Lluvia.

Desde que tengo uso de la razón, siempre me enloqueció la lluvia. Amo verla caer, amo que me moje, amo el olor a tierra mojada después de una tormenta, me trae mucha paz, es como que si aparte de llevarse el polvo se llevara todas mis preocupaciones.

Así que cada vez que llueve, soy la primera en querer irse a bailar abajo, y muchas veces me contengo para no hacerlo.

Son esas pequeñas cosas de la vida que te dan más ganas de querer vivirla y de seguir soñando. Aunque sea un ratito más.

Buen sábado :)

Simplemente yo, aunque simple no sea la palabra adecuada.

Soy una adolescente de 15 años. Ya con decir eso se pueden imaginar y sentirse identificados con cualquier cosa que diga sobre mí, pero creo que cada persona es un mundo y yo definitivamente soy uno muy raro y muy, muy difícil de entender.
Lo fundamental para hacerse una idea de mí es saber que quiero cambiar el mundo, y como por el momento no lo logré, vivo en el mío propio, donde lo único que quiero es la paz y el respeto. ¿Medio hippie, no? Atribúyanselo a mis amados Beatles, son ellos los que formaron la mayor parte de mis ideologías y los que me hacen tan feliz, pero aunque sea una persona pacífica, tengo mi carácter y a veces es mejor no conocerlo.
Espero mucho de las personas porque yo doy mucho, y según mi papá, ese es mi gran problema: pienso que todo el mundo va a ser como yo, y por esa razón voy por la vida pegándome bastantes golpes y chocándome todo el tiempo con una pared que yo misma construí. Pero es de la única forma que aprendo, chocándome.
Además de lo que conté antes, hay que saber que me encanta escribir, es mi pasión, y espero algún día poder sacar algún resultado de eso. 
Otro de mis grandes sueños es vivir en los mundos de mis libros, que me devoro, no me canso nunca de leer, nunca, no sé qué sería de mí sin los libros, soy una blibliófila incansable (y me encanta usar esas palabras, ya se habrán dado cuenta).
Gracias si te tomaste el tiempo de leer, espero que más adelante se den una idea más clara de cómo soy y no se asusten.
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Gretel :)